Después de meses totalmente desaparecido por estos lares, regreso en la noche de éste 14 de febrero para hablaros de algo que lleva rondando en mi cabeza unos cuantos días:
¿Otra vez?
Es quizás una de las expresiones más antiguas y más usadas dentro de nuestra lengua castellana y, ciertamente, puede tener desde el mejor de los significados hasta encontrarse con el peor. Siempre qué fallamos en algo nos recorre la cabeza esa maldita pregunta y siempre qué algo nos sale bien de nuevo nos repetimos con asombro la misma afirmación formulada, eso sí, entre sendos interrogantes.
La realidad es qué la vida nos da la oportunidad ilimitada de caídas, de fallos, siempre y cuando vengan sucedidas de respuestas en forma de nuevos intentos. Con las personas de nuestra vida esto puede ser algo habitual pero no definitivo: la paciencia es humana pero no eterna, así que no desaprovecheis una y otra vez las oportunidades que os den las personas de vuestro entorno de que se queden si de verdad queréis que eso suceda.
Si algo de lo que haces a día de hoy no te hace excesivamente feliz déjalo y a otra cosa, no estamos obligados a nada que no implique vivir. Si has cambiado de rumbo e intentado algo por undécima vez, más allá del reproche cariñoso de las personas más cercanas, hazlo sin dudarlo porque igual ésta vez es la buena. No se si me estáis entendiendo o si me estoy explicando correctamente pero la conclusión a la que quiero llegar es que si otra vez es la pregunta que te ronda la cabeza, la respuesta siempre será un...
Sí, siempre
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