Hace años siempre compartía a menudo con vosotros, aquellos que os parabais a leerme al otro lado de la pantalla, mis pensamientos más íntimos, mi más profundo yo. Hace más de un año que no me pasó por aquí y mi vida ha sido y sigue siendo una auténtica montaña rusa de emociones, con sus cosas buenas y malas claro está. Muchas personas han salido de mi vida y sinceramente les estaré eternamente agradecido, han ayudado a construir la persona que soy hoy y de la cuál me siento tan orgulloso. Por otro lado en el ultimo año han entrado a mí vida personas que dan el sentido más completo posible al valor de la amistad, personas que han venido a sacar sonrisas y momentos inolvidables.
En pleno capítulo 30 de la serie de mi vida puedo decir que me arrepiento de muy pocas cosas, porque todo aquello que he vivido ha hecho que llegue donde estoy ahora... pero, ¿Dónde estoy?
La realidad es que estoy justo donde quiero estar: buscando día a día mi mejor versión y dando pasos de gigantes para convertirme en la persona con la que el pequeño David siempre soñaba. Podría irme mejor en lo profesional, pero se viene una nueva era y hay que estar preparado para demostrar lo que valgo, podría estar mejor físicamente pero la realidad es que aunque lo estoy trabajando, me amo con locura y con eso me basta. Podría mejorar muchas cosas pero a lo que seguro no me gana nadie en el mundo es a ganas.
No sé querido lector o lectora cuanto necesitas leer este mensaje ahora pero mañana no existe, mañana vas a crear tú el día que quieras crear. El único 4 de agosto de 2025 que vas a vivir en tu vida es HOY, ¿Acaso no piensas vivirlo? Ya sea disfrutando el café antes del trabajo, el partido de fútbol con los amigos o el ratito en el gimnasio.
¿Y si dejamos de sobrevivir y volvemos a vivir? Volvamos a vivir como aquel niño de 4 años que jugaba en el parque con sus abuelos con la máxima preocupación de saber cuál sería su merienda. La vida no es eterna y nos olvidamos de sentirnos vivos estaremos enterrándonos en vida.
Recuerda, comienza una nueva era y...
¡Tú puedes!
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