Verano para muchos de nosotros siempre fue como un periodo previo al comienzo de algo nuevo, siempre hemos comenzado nuestros cursos escolares en septiembre. Cuando dejas atrás la etapa estudiante y pasas al mundo adulto te das cuenta de que tu vida puede ser un auténtico rompecabezas sin resolver que no tendrá por qué seguir una línea concreta.
Puede que empieces algo nuevo en septiembre o puede que tú vida cambie radicalmente en marzo, nunca lo vas a saber con certeza. Pero ahora digo yo, no penséis en el trabajo y las obligaciones varias, pensad en el tiempo libre: ¿Pensáis qué os aburrís mucho en la vida?
Vengo a amenazaros (siempre de buen rollo) con qué ni se os pase por la cabeza la opción de aburriros, siempre habrá algo que merecerá la pena hacer para evitarlo. Me da exactamente igual si te diviertes saliendo con amigos, viendo una serie hasta que te duermas o incluso ordenando tu armario de ropa. Pero jamás te aburras, aunque sea invierte tiempo en dormir pero no estés parado sin hacer nada y pensando lo bueno que sería hacer algo en ese preciso momento. Las cosas llegan cuando nos ponemos en marcha y no cuando decimos que lo vamos a hacer queridos amigos. Mañana puede ser tarde para hacer algo que quieres, decir algo que sientes o solucionar un problema que tengas.
En definitiva, haz lo que quieras, ponte en busqueda eterna de la felicidad o hiberna como un oso, pero jamás te aburras. Desde ahora queda terminantemente prohibido aburrirse.
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