Siempre he pensado que las oportunidades están para aprovecharlas y que jamás tenemos realmente una segunda oportunidad, sino una oportunidad diferente. Eso es precisamente lo que me viene a la cabeza y sobre lo que quiero reflexionar está primera noche de febrero.
Todos tenemos momentos en los que nos sentimos preparados para un cambio y es entonces cuando nos tenemos que enfrentar a nuestra cruda realidad: no vivimos solos en el mundo y todo lo que nos haga estar bien o estar mal tendrás sus consecuencias en todas las personas que están en nuestra vida. Ya sea personal o compartido el cambio, es algo complejo hasta en el más minúsculo de sus ejemplos. Es algo que lleva su tiempo y que al principio siempre estará más cerca del fracaso que del exito
Pero la realidad no es ni negra, ni blanca, ni siquiera gris o de colores. La realidad es eso que vivimos día a día y que nos hace levantarnos y acostarnos con felicidad o con lagrimas en los ojos. Podemos engañar al mundo entero pero solo nosotros mismos sabemos lo que tenemos dentro y como nos sentimos
Yo tengo muy clara mi realidad
¿Y tú?
Es el momento de disparar la última bala
Y acertar
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