Después de un fin de semana cuanto menos intenso me llegan pensamientos a la cabeza en forma de reflexión que me encantaría compartir con vosotros: ¿Cuánto os gustan los problemas?
Puede parecer que me he vuelto loco (aún más) o que la pregunta es la más tonta del mundo pero es que de verdad, alguna vez, viendo cómo actúa la sociedad (como actuamos) parece que nos gusta de verdad cargarnos de problemas, nos encanta parece ser autodestructivos cuando mejor estamos.
¿Acaso tenemos miedo a la felicidad? ¿Es una fobia que aún ningún experto ha estudiado?
Ojo, no hablo de darle más o menos importancia a aquello que nos haga perder la calma sino a aquello que cuando absolutamente todo está en su sitio buscamos descolocar. A mí me ha pasado en varios momentos de mi vida y ahora que conseguí equilibrarlo lo veo en personas tanto cercanas como lejanas. ¿Qué solución tenemos? Porque además es muy curioso ya que cada vez nos importan menos los problemas de la sociedad, lo que haga a aquellos que no somos nosotros estar mal. ¿Tiene sentido entonces lo que digo?
Evidentemente: cuando los problemas son de otros... Nos acaban dando igual con el tiempo.
Cuando son nuestros no paramos hasta solucionarlos y cuando lo hacemos lo echamos hasta de menos y buscamos algo que nos haga seguir luchando.
Conclusión...
Nos aburre la felicidad
Pero...
¡Qué ganas de aburrirme chicos!
Comentarios
Publicar un comentario