Diciembre ha llegado al con el claro y frío anhelo del invierno y yo vengo a contaros algo que me ronda la cabeza estás últimas semanas: ¿A qué llamáis amar?
Con suma facilidad hoy día se dice "te quiero" pero, ¿Acaso siempre que lo dices lo sientes así? Mucha gente dice que ama pero a la hora de la verdqd se da cuenta que más bien se encariña, se encapricha o se engaña. Amar es fácil porque es algo que sale del corazón pero por desgracia estamos más que entrenados, hijos del postureo, y también nos resulta sencillo fingir que lo hacemos.
Otra de las preguntas que me gustaría hacer es: ¿Por qué nos sentimos incompletos de felicidad total cuando no tenemos pareja? Se supone que debemos de tener a esa persona a nuestro lado como complemento de nuestra felicidad y nosotros de la suya y nunca como necesidad. ¿Amamos tanto como decimos? O mejor dicho... ¿Amamos tan bien como creemos? No siempre que queremos a alguien sabemos hacerlo bien y le acabamos haciendo daño.
Yo personalmente, me cansaré de defender la idea de amar sin complejos, sin miedo, sin vergüenza y sin condiciones... Siempre y cuando la persona que tengamos cerca se sienta feliz a nuestro lado. Quizás empieza a ser momento de querer menos y a menos gente... ¡Y querer mejor!
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