Después de una de las semanas más estresantes de mi vida he sacado varias conclusiomes qué me gustaría compartir con vosotros y que reflexiones y sintáis todo lo que ha pasado por mi cabeza estos días. ¿Se puede creer?
Y en este caso hablo de creer en ti, creer en uno mismo, creer en tus sentimientos y creer en tus pensamientos. No hablo de creencias religiosas ni morales sino de algo aún más personal si cabe. Creer en uno mismo es uno de los grandes problemas de la mayoría de las personas del siglo XXI.
¿Por qué atacamos a todo aquel que busca innovar? ¿Por qué nos molesta que alguien logre algo por lo qué nosotros no hemos empezado a luchar? ¿Acaso somos más felices si a alguien le va mal, mientras nosotros no tenemos ni narices de empezar a hacer aquello que nos hace ser quién queremos ser? Ojo que no hablo de nada ni nadie en concreto, sino de una corriente que nos hace más mal qué bien.
En el momento en el que empecemos a valorar a cada persona de manera justa, en el instante en el que convirtamos en habitual una alabanza a un trabajo realizado y no una crítica por lo "mal" que lo hayan hecho, entonces, y solo entonces seremos capaces de estar en paz con nosotros mismos y avanzar.
Así qué, querido lector, no dudes de ti, de la tus ideas, pensamientos o sentimientos porque incluso el más irracional de ellos será positivo si de verdad así lo sientes.
¿Crees en ti? Si leer esto os hace reflexionar o emocionaros al recordar aquella persona que siempre lo hace o lo hacía tendré mucho ganado.
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