Reflexiones bajo la Giralda

Después de 7 días de calma después de la tempestad un pensamiento ha llegado a mi cabeza para no marcharse: ¿Estamos preparados para afrontar las batallas que nos haga llegar la vida? ¿Es en sí, la vida misma, una sempiterna batalla de la qué sólo saldremos vencedores cuando nos demos cuenta de que estando vivos ya hemos ganado?  Definitivamente creo que somos lo que somos por lo que vivimos a diario, por aquello que nos arrastra a levantarnos cada mañana así nieve como si no hemos pegado ojo la noche anterior y por lo que soñamos cuando cerramos los ojos, exhaustos después de unas 24 horas a veces eternas y a veces ínfimas.  Muchos de vosotros tendréis batallas diarias: clases, trabajo,superar una relación personal perdida, una enfermedad o simplemente desconcierto vital. Otros muchos podéis llegar a pensar que vuestra lucha es algo más banal pero creedme si os digo que si es algo que os hace perder la calma, la esperanza y la alegría en vuestro día a día es algo que debe est...

Después de una de las semanas más estresantes de mi vida he sacado varias conclusiomes qué me gustaría compartir con vosotros y que reflexiones y sintáis todo lo que ha pasado por mi cabeza estos días. ¿Se puede creer?  Y en este caso hablo de creer en ti, creer en uno mismo, creer en tus sentimientos y creer en tus pensamientos. No hablo de creencias religiosas ni morales sino de algo aún más personal si cabe. Creer en uno mismo es uno de los grandes problemas de la mayoría de las personas del siglo XXI.  ¿Por qué atacamos a todo aquel que busca innovar? ¿Por qué nos molesta que alguien logre algo por lo qué nosotros no hemos empezado a luchar? ¿Acaso somos más felices si a alguien le va mal, mientras nosotros no tenemos ni narices de empezar a hacer aquello que nos hace ser quién queremos ser? Ojo que no hablo de nada ni nadie en concreto, sino de una corriente que nos hace más mal qué bien. En el momento en el que empecemos a valorar a cada persona de manera justa, en el in...

En una semana en la que apenas tengo tiempo para saber dónde estoy en pié vengo a haceros reflexionar sobre algo que creo que a todos nos ha pasado alguna vez. ¿Os habéis sentido alguna vez en un bucle sin fin?  En mi vida me ha ocurrido muchas veces y, a día de hoy, me sigue ocurriendo incluso teniendo mi vida relativamente encaminada. De vez en cuando se apodera de nosotros ese sentimiento en el cual nos sentimos inútiles, sentimos que no somos capaces de avanzar y que nunca lograremos recuperar del todo la sonrisa y volveremos a vivir esos momentos que nos hacían felices. Y es por eso que cuando nos pasa convertimos cualquier momento en atemporal, convertimos cualquier recuerdo en algo que nos llena los ojos de lágrimas y transformamos cualquier sentimiento en algo que pueden utilizar en nuestra contra. Creedme cuando os digo que es algo totalmente humano, algo que más allá de asustarnos debería hacernos madurar y salir adelante con más fuerza aún si cabe. Quizás no nos sintamos...

Ha sido una semana llena de emociones, tanto buenas como malas para mí, y venía a haceros reflexionar sobre algo que me ha llenado la cabeza. ¿Sabemos estar sólos?  Vivimos continuamente conectados entre nosotros y a veces se nos olvida conectar con lo más importante de todo, nuestro interior, lo qué realmente somos, lo que nos hace ser la persona que mostramos al mundo. Estamos más pendiente de aparentar, hacer creer a los demás una felicidad inexistente e incluso cuando no es tan así nos empeñamos en que sea vea lo bueno que hacemos. ¿Si no subes una foto estudiando no estudias? ¿Si no subes mil stories de fiesta no lo pasas bien? Por un momento quiero que os sintáis a solas y me digáis que os hace sentir este post, que se os viene a la mente y qué opinión os merece... ¿Qué sientes realmente? A veces, una soledad bien llevada es mejor que la compañía de miles de mentiras