Entre caramelos y cabalgatas se va desvaneciendo la Navidad de este año, quedando sólo en el recuerdo de los que la hemos podido vivir y en las redes sociales de los que hemos querido inmortalizarlas.
Quería comenzar 2020 hablando sobre algo que todos tenemos en nuestra vida, aunque a veces no tengamos nada claro su orden: las prioridades.
Para muchos de vosotros la prioridad será la familia,amigos o pareja o lo que es igual, vuestro bienestar personal y social. Para otros muchos el trabajo o los estudios ocuparán el lugar principal porque vuestra vida profesional es lo que más os llena de felicidad. Otros mientras tanto vivimos inmersos en una montaña rusa de sentimientos, sensaciones y pensamientos que nos hace a veces estar más cerca del abismo que del Olimpo.
En infinidad de ocasiones ambos mundos se tocan más de lo que deberían y lo que era personal se acaba convirtiendo en profesional, siendo aún más complicado (mucho más) cuando es a la inversa. En pleno siglo XXI creo que deberíamos darnos cuenta de que sólo tenemos una vida, y qué todo está más que controlado tras la pantalla de un móvil o un ordenador. Sólo encontraremos la paz y la sonrisa si conseguimos, cual equilibrista circense, caminar superando obstáculos constantes y conciliar ambos hemisferios de nuestro pequeño planeta de menos de dos metros cuadrados.
En el fondo creo que todos tenemos nuestras prioridades claras: estar sanos para poder vivir la vida que queramos, tener los recursos para poder luchar o seguir el camino que hayamos escogido y, inevitablemente, estar acompañados de las personas que queremos, de aquellas almas que elegimos por un motivo o por otro para que estén cerca de nosotros.
Eso iba intrínsecamente en la carta de todos ayer cuando mirábamos ilusionados a sus majestades de oriente.
Así qué me da igual que sea 1 de enero cómo 6 tanto si queréis que sea el 29 de febrero pero el momento en el qué consigáis poner en pie vuestras prioridades y empecéis a luchar por ellas de verdad podréis decir con la boca bien grande que sois felices y lo más importante de todos...
¡Qué sois las personas que queréis ser y no quién quieren otros que seáis!
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