Ayer, durante unos instantes, tuve la oportunidad de contemplar la inmensidad del mar, parar el tiempo y perderme aún sin moverme del sitio. Reflexioné sobre algo que es tan cierto que puede llegar a asustar. Vivimos en la era de la comunicación, todo el mundo está conectado, todo el mundo vive en la red, incluso a veces en un mundo paralelo (como si fuera un multiverso Marvel) y sin embargo a veces no nos encontramos nosotros mismos.
Todos necesitamos a veces tocar fondo, perdernos en el más recóndito de los laberintos para hallar la persona que realmente somos o la que queremos llegar a ser. Vivimos rodeados todos los días de muchísima gente que está por estar en nuestra vida y que realmente no nos supondría ningún esfuerzo que no estuvieran. ¿Acaso no os gusta tener a personas sin las que no podéis o imagináis vivir? ¿Acaso eso, aunque sea en parte negativo porque crea cierta dependencia, no es algo bonito?
Creo que necesitamos saber quiénes somos, valorarnos como tal y dejar de intentar ser mejores para otras personas.
¿De qué sirve una sonrisa si no es de verdad? Prefiero llorar a reír si eso supone ser yo mismo.
Lo siento amigos,el mundo no se conquista con falsa felicidad
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