Va tocando a su fin un año más, una década que dejará paso a 2020... ¡Quién lo diría! Hace diez años todos eramos unos simples adolescentes que enloquecieron con el gol de Iniesta y ahora nuestra cabeza no deja de funcionar en las 24 horas del día. No os imagináis la semana que llevo (o semanas más bien) y desde aquí quería mandar un "gracias infinito" a aquellos que han sabido sacarme de dónde me encontraban o que siguen intentando guíarme para que no caiga.
Tiempo de examen final, tiempo de reflexionar lo que han dado de sí estos meses y lo que han cambiado. ¿Quién desapareció de vuestras vidas y quién ha llegado? Muchas veces vosotros mismos habéis desaparecido por momentos y sólo necesitáis encontraros. Os puedo asegurar que jamás me había sentido como me he sentido estos últimos tiempos y aún sigo peleando contra el rival más fuerte poaible: yo mismo, y sé que os pasa a todos alguna vez.
Siempre dije que la clave de la vida es encontrar la felicidad donde nadie la talla y eso es lo que servidor intenta siempre como filosofía de vida pero... ¿Quién sostiene un puente por el que pasan todos los días miles de coches cuando esté se cae? Tenéis que saber valorar a cada persona en su justa medida y no según lo que sintáis por ellas. La adoración, predilección o incondicionalidad no es algo que se deba regalar a nadie nunca.
Yo, para acabar mi reflexión de hoy me gustaría pediros una nota, hacer que hagáis de profe de este que os escribe y valoréis este puente que he intentado ser para todo aquel que me aguanta a mi (que no es poco)
Lo único que espero poder seguir contando es que las personas que hicieron de mi 2019 un año inolvidable no se olviden de estar en 2020
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