En el día en el qué recuerdo la figura de uno de mis referentes periodísticos en la narración (se cumplen 6 años de su muerte) como era Andrés Montes, he querido titular esta entrada con una de las expresiones que acuñó el genio para referirse a un mate de Michael Jordan.
Realmente, es algo que está muy de moda en nuestra sociedad actual y a la vez es algo que nos aterroriza. Para mí, un verdadero vuelo sin motor es saltar al vacío sin haber probado el paracaídas, tirarse a una piscina sin saber si tiene agua. Se supone que hemos nacido en la generación de la gente que se atreve a hacer cosas, que da la espalda al conformismo, pero, aunque nos guste ir de valientes, nos asustamos cuando empezamos al nuevo (como un primer día de clase). Si nos sacan de nuestro círculo de estabilidad nos tambaleamos como un equilibrista novel.
¿Cuántas horas, días o incluso meses hemos perdido en nuestra vida adaptándonos? ¿Cuántas veces nos hemos atrevido a dar un giro a nuestra vida aún sabiendo que lo más seguro era que no salieran las cosas? Siempre he pensado, y de hecho mi vida es un continuo así, que las cosas valen más si no nos salen a la primera, la eterna duda entre el valor del tiempo y el valor de las cosas. La única cosa que debemos de tener meridianamente clara es que cuando iniciemos un vuelo sin motor... !No vale volver atrás! Dejar las cosas a medias es el mayor defecto de la razón humana después de pensar en exceso algo cuando realmente lo sentimos así.
Quizás sea difícil y quizás nos sintamos algo inútiles cuando fallamos pero creedme cuando os digo que más inútiles os vais a sentir si no acabáis lo que empezasteis en su día.
Y, por supuesto, si sentís algo hacedlo, si os nace llevar algo a cabo no dudéis en que eso pase, errores cometemos todos y todo es subsanable pero quizás el momento de que algo pase solo es ahora.
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