En una semana que se está desarrollando en un vaivén de emociones continuo vengo a contaros algo que lleva unos días rondándome la cabeza.
En la vida marina siempre han sido de vital importancia los faros, en ellos, marineros del mundo que iban sin rumbo han encontrado la salvación y han regresado a su camino. Pasarán años, avances y personas que nunca dejarán de tener importancia en la vida de esas personas que lo necesitan.
Pues bien, sinceramente, yo creo que existen personas que podrían ser llamados faros humanos, personas que cuando más perdidos nos encontramos llegan y son nuestra luz, nuestros guías en el camino de la vida. Esas personas pasan de no existir para nosotros a hacernos sentir que no podríamos existir sin ellas.
¿Dónde has estado toda mi vida? ¿Por qué la vida no me ha cruzado contigo antes? Quizás esas personas aparecen en los momentos adecuados y ya están con nosotros para siempre. Amigos míos, un faro, si no se cuida, dejar de dar luz...
Las personas que son como tal estarán seguramente (cuales cactus) sin ningún tipo de riego diario porque son así pero el día que perdamos ese privilegio nos daremos cuenta de que eran más importante de lo que nos pensábamos.
Por eso, decidle a esa persona que os importa, que queréis estar en su camino y que la queréis, es gratis y una sonrisa en su cara vale más que el oro.
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