Una semana más comienza, como también lo ha hecho el mes de septiembre y tengo una nueva reflexión que me ronda la cabeza queridos amigos:
¿Cuántas veces en la vida habéis dejado algo a medias? ¿Cuántas de esas veces lo habéis hecho después de haber invertido mucho en ello? ¿Cuántas de ellas os han causado tristeza o frustración?
Sinceramente no tengo más opciones que dos en la vida: o ganas o lo repites.
Muchos me diréis (y yo mismo lo he dicho alguna vez) que las derrotas, los fracasos y, en definitiva, las cosas que no salen sirven para aprender. Los más fieles de este blog (alguno habrá) recordarán aquella reflexión mía pero intrínsecamente también os digo que no es el final si las cosas no salen.
Podemos cambiar las formas, podemos cambiar los compañeros de reto e incluso cambiar mucho dentro del proceso pero si queremos algo da igual cuando le pongamos fin porque cada etapa que vayamos quemando será una alegría, un paso adelante, un pequeño triunfo.
Amigos, Roma no se hizo en un día, las cosas que tanto valen la pena cuestan mucho (muchísimo) pero la sonrisa que se nos dibuja en la cara cuando lo conseguimos... !Qué bonito es sonreír!
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