Mientras todo un vagón de metro vive en su mundo particular a mi me da por escribiros estas líneas para venir a contaros que todo el mundo sabe pero que nadie se atreve a cambiar.
Hemos nacido en la generación que se siente privilegiada por las tecnologías pero por otro lado eso significa que hemos nacido en el momento del terror al "qué dirán?. ¿Cuántas veces no te has puesto algo de ropa por lo que la gente pudiera decir? ¿Alguna vez te has sentido mal haciendo algo o incluso no lo has hecho por la opinión de terceros?
Nos creemos los más valientes del mundo, nos creemos los reyes del universo y somos los que nos escondemos tras una pantalla para opinar, los que no nos atrevemos cuando nos gusta alguien y los que si criticamos a alguien lo hacemos siempre sobre seguro. Para muchos de vosotros es más importante quedar bien que ser felices y anteponeis la opinión de aquel que os va a juzgar a vuestro bienestar... ¿Acaso tiene derecho esa persona de hacerlo?
En resumen, haced lo que os plazca cuando os plazca con la única regla no escrita (o si) de no quitarle la sonrisa a nadie porque nadie vale tanto como para que eso ocurra.
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