En un día más que especial me gustaría ir despidiendo este primer año de blog con una reflexión que siempre me ha dejado mucho que pensar en la cabeza.
Estamos ante fechas señaladas y para mucha gente son momentos de reencuentros, vueltas a casa e incluso sorpresas tan bonitas como inesperadas. Para otros tanto son días tachados en negro, días interminables a los que no le ven el final porque quizás haya un plato de menos en la mesa, porque seguramente haya una persona menos a su lado.
Y sintiéndolo mucho y aunque suene a tópico... !toca mirar hacia delante! y toca volver a sonreír porque por desgracia en la estación de la vida solo estamos de paso y no sabemos cuándo será la última parada. Me podéis decir que os han ido mal tantos aspectos de la vida como dedos de la mano y yo os digo que nada es lo suficientemente definitivo como para hacernos estar tan mal. Las cosas siempre pueden cambiar y a veces ni si quiera dependen de nosotros pero ocurre.
Cada uno que viva estas fechas como le venga en gana, ya sea en la fiesta más descomunal del mundo o en la intimidad de su habitación leyendo un buen libro pero sobre todo... !vivirla!. Suena realmente triste pero hay gente que por circunstancias de la vida se han olvidado de vivir, de sentir e incluso de sonreír y no existe cosa más triste que esa. Otras personas incluso sin elegirlo han dejado atrás sus vidas y es por eso que nosotros tenemos que elegir la opción de ser felices, de sonreír hasta por el más mínimo de los detalles y sobre todo...
!Compartir esa felicidad!
¿El pasado? El pasado está muy bien para los recuerdos del Facebook y los libros de historia pero queridos amigos...
!Pasado pisado!
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