Después de la llegada (esperada para muchos) del frío venía reflexionando sobre algo que lleva días danzando en mi cabeza.
Todos tenemos una persona en la vida (siempre la misma o cambiante) con la que somos incapaces de enfadarnos, esa persona la cual solo con recibir un "hola" suyo ya nos alegra el día, esa persona sin la que tu día a día no sería el mismo.
Os hablo de algo inmaterial, de algo que va más allá... ¿Os imagináis que os decepcionan y aunque os moleste callais? ¿Os imagináis que tienen algo que no os gusta y aún así sois incapaces de no sonreír? De esa persona (o incluso personas os hablo).
Llámalo amigo, pareja o ángel de la guarda si te apetece pero una de las claves de nuestra felicidad reside en esa persona y muchas veces la tenemos delante de nuestros ojos y ni nos damos cuenta... !Y nuestra vida podría llegar a ser mucho mejor!
Suelo buscar siempre algo con lo que escribo y en este caso quería que pensarais en esas personas que os hacen ser la mejor versión de vosotros mismos, esas personas que consiguen convertir cualquier plan en algo único y luego penséis que sois para esas personas.
Mi vida últimamente es una mezcla entre montaña rusa y partido de tenis. No paran de pasar cosas y cambian cuando menos lo espero... !Y por suerte no todo iba a ser malo!
Y es por eso que hoy quería despedir este puente que hemos vivido (o dormido) con una pequeña reflexión:
A veces nos morimos por encontrar alguien que viva por nosotros y no nos damos cuenta de que hay personas que morirían por vivir a nuestro lado.
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