La noche ha caído al mismo tiempo que lo hace el fin de semana y como casi siempre algo merodea mi mente.
Es muy habitual escuchar el mensaje de "el mundo es para los valientes" y yo soy el primero que piensa muchas veces que hay que actuar más y pensar menos pero por otro lado también cansa ver cómo personas que valen oro quedan relegadas.
¿Sabéis una cosa? Existen pocas cosas que nos hagan más humanos que el miedo, que esa sensación de que dejamos las cosas para mañana porque hoy no nos hemos levantado con suficiente confianza. Es muy fácil atreverse con todo, es sencillo que nos dé igual fracasar pero muchas personas aún viven en su caparazón de comodidad y hacen bien... !no pasa nada por ser cobarde!
Y ojo que no lo digo ni mucho menos a modo despectivo... Ser cobarde es no montarte en la montaña rusa más alta, ser cobarde es no decirle a esa persona que te encanta que te gusta, ser cobarde es no decirle a tus padres que prefieres ser artista a médico.
Y os preguntaréis (con razón) que cuál es la reflexión que intento plasmar en estas letras... !Fácil!
La cobardía es tan mala como la valentía descarada y si nunca has sido cobarde nunca jamás sabrás lo que se siente al superar tus miedos.
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