Quizás no debería estar escribiendo estás líneas por aquí, quizás debería cerrar el cajón de mis sentimientos más a menudo pero lo cierto es que cree este blog para ayudar a las personas a pensar, reflexionar y sentir y hoy soy yo el que necesita plasmar todo eso en palabras.
Sin poder evitar hacerlo con lágrimas en los ojos pienso en todo lo que podría haber sido y no fue, maldigo a mi yo del pasado por haber cometido tantos y tantos errores y pienso que nunca encontraré la solución al problema.
A veces pienso que peco de tonto pensando siempre en los demás o de optimista pensando que todo saldrá bien (quien me mandaría ver tanto cuento de pequeño) pero es que siempre he pensado que si me portaba bien e intentaba ser bueno con todos sería correspondido y además la suerte no me sería esquiva pero visto lo visto creo que el día que repartían la suerte me quedé dormido.
Y es por eso que está noche de verano envío una carta desesperada a un destino que se que no la recibira pero... ¿Y si era el último buzón? ¿Y si no hay lugar para mis cartas? Quizás esté exagerando y quizás cuando leáis esto ni siquiera entendáis el por qué de todo lo que digo pero necesitaba sacarlo, necesitaba demostrarme a mi mismo que no soy tan malo como dicen.
Pero... ¿Y si tiene razón? ¿Y si soy yo el que está equivocado y debo cambiar?
Odio que las preguntas que más temo sean aquellas que no encuentran respuesta
Son cartas sin destino
Comentarios
Publicar un comentario