Han corrido treinta hojas del calendario desde la última vez que os escribía aún con el verano y las vacaciones como una auténtica utopía y ahora (aunque el termómetro nos diga lo contrario) estamos inmersos en pleno mes de julio.
Se vienen dos meses de muchas cosas, quizás trabajo intento, quizás relax más absoluto o quizás una maravillosa aventura, y eso es lo bonito y a su vez inquietante de la vida... ¡Nunca sabemos a que tren nos vamos a tener que subir para alcanzar nuestro próximo destino!
El pasado sábado se celebraba San Juan, una noche que muchos tildan de mágica y viven a la luz de las hogueras y mientras miraba la infinidad de las estrellas pensaba en lo fácil que era crear un momento inolvidable y mágico, un momento que se nos quedara de por vida en el corazón.
¿No os da pena esa relación que teníais que ya no está? Ese amigo con el que compartiste aquel maravilloso verano y del que ahora vagamente recuerdas sus redes sociales como mucho. ¿No os crea intriga saber si realmente sois capaces de hacer eso que siempre habéis querido? Quizás mañana sea un dia perfecto para todo y nada a la vez... Yo me entiendo.
Incluso una persona al borde de la muerta es capaz de hacer aquello que nunca supo o quiso... Nosotros por suerte o por desgracia no sabemos cuando llegará ese día... ¿De verdad vas a seguir dejando escapar los trenes? ¿Enserio vas a dejar consumirse la luz de la noche sin hacer algo que te haga recordarla de por vida?
Quizás sea yo, quizás viva en un mundo mágico pero... La magia no es algo sacado de los libros de Harry Potter, la magia es algo que se tiene, se quiere y se siente... ¡Pero hay que querer que ocurra algo para que esto empiece a ser posible!
El fuego que nos mantiene vivos es aquel que nos conduce a la felicidad... Si se apaga la llama del deseo acabaremos muriendo congelados.
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