Vivimos en una sociedad que nos hace estar en continuo cambio, nos acostumbramos a estar siempre de un lado para otro y muchas veces eso nos hace perder todo tipo de identidad. Vivimos globalizados siendo "ciudadanos de un lugar llamado mundo" y parece que sea esto lo mejor para todos nosotros.
Creo que quizás a veces y sólo a veces nos vendría bien echar un ojo atrás y ver de donde venimos, volver a la realidad de la que nos sacan a diario medios de comunicación y redes sociales y pensar un poco más en valorar todo aquello que tenemos. El simple hecho de haber nacido con agua potable sin salir de casa, el hecho de poder comer a diario sin problemas o el hecho de salir sin miedo a las calles son hechos que no valoramos.
Me da algo de pena por ejemplo ver a unos niños jugando a los pies de la Giralda con un Iphone americano, mientras se comen unos fideos chinos y lucen sus zapatillas alemanas... No digo que sea malo pero... ¡Perdemos el norte!
A veces pienso que nos debería bastar con una charla con un amigo en el portal de casa o un ratito entre amigos para ser feliz pero no, cuando tenemos eso queremos más y cuando consigamos eso más querremos más y más y así hasta el infinito y más allá. A veces la ambición y el capricho están en una delgada linea que cruzamos sin mirar atrás.
Es por eso que hoy voy a ponerme a mirar las estrellas que dejan atrás una tarde lluviosa y a disfrutar del arco iris... ¡No vaya a ser que mañana no podamos!
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