Hoy os vengo a hablar desde el lado más personal posible, aunque más bien es el lado más personal de todos porque ya sea en primera o segunda persona lo hemos vivido en algún momento de nuestra vida.
Quiero levantar mi voz al cielo y hablar contigo, ¿cómo se está ahí arriba? Dime por favor que te están cuidando bien, dime por favor que has encontrado tu hueco tan bien como lo hiciste en tu vida.
Siempre pensé que me podría despedir de ti, siempre pensé que te podría ver sonreír por última vez, en definitiva, siempre pensé que estarías aquí conmigo para siempre. ¿Me ves? No pasa un día sin que me acuerde de ti, no pasa un día que no aprenda algo, no pasa un día sin que le sonría a la vida como me enseñaste. Añoro tantos y tantos momentos a tu lado que no podría pararme ni a enumerarlos y no lo hago llorando sino riendo, se que si me vieras llorar por algo así me querrías matar.
Cada paso que doy está dedicado, tienen nombres y apellidos, y todos tenéis a alguien en mente. Cada uno de vosotros pensásteis en que, una vez más, podríais pasar esa tarde tan habitual de domingo, que una vez más veriais esa sonrisa que tantas veces ignorabais... Para mi en cierto modo es tarde, para vosotros quizás también pero sigo recordando tus enseñanzas.
Rodearnos de la gente adecuada, llenarnos de personas que nos hagan felices, no mejores ni peores, simplemente felices y sobre todo ser agradecidos con lo que tenemos y aún más con quien tenemos.
Quizás lo que hoy son personas mañana sean simplemente recuerdos... ¿No será más bonito crear recuerdos aún mejores?
Comentarios
Publicar un comentario