Anoche antes de que el sueño me venciera, ya muy entrada la madrugada,
me vino a la mente un pensamiento sobre algo que siempre había intuido y nunca había tenido el valor de afirmar del todo.
¿Os habéis dado cuenta de que cuando hacemos algo que nos gusta, algo que nos transporta a la cara la felicidad más absoluta y sincera esa palabra que algunos dicen no tener llamada talento viene sola?
Muchas veces he pensado eso tan típico de "con el talento se nace, no se puede entrenar" y creo que es algo sólo cierto a medias. Todos nacemos con talento para algo pero no todos lo encontramos a la primera, existen personas que por desgracia nunca llegan si quiera a hablarlo. Quizás no dedicamos nuestra vida a ello (seguramente no lo hagamos) pero quizás tampoco dejemos de llevarlo a cabo nunca.
En mi caso os digo que me apasiona escribir y después de estos años no se si tengo más ganas que talento o al revés pero lo que tengo claro es que nunca dejarè de hacerlo, porque nunca dejará de apasionarme.
¿Cantas? ¿Bailas? ¿Pintas? No se cuál será tu sueño, no se cual será tu talento natural pero lo único que tengo meridianamente claro es que nunca debemos de dejar de hacer aquello que nos haga sonreír
En mi camino encontré muchas piedras, pero siempre fui más de construir con ellas un puente para seguir dando pasos que de ponerme a llorar porque no podía avanzar.
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